Hoy os voy a hablar del rímel. Un invento maravilloso que se considera una parte esencial de cualquier tipo de aplicación de maquillaje. Muchos maquilladores profesionales, yo incluida, dicen que si no quieres usar nada de maquillaje pero sí quieres usar algo, entonces usa rímel. Por otra parte, a muchas mujeres se les va la mano y usan demasiado rímel.
Por desgracia, cuando uno se aplica demasiado rímel, aumenta la probabilidad de que se descascare, se despostille o se corra y que las pestañas queden duras y luciendo como espinas. Además, las pestañas sólo son capaces de soportar cierta cantidad de peso y desmasiado puede romperlas. Las pestañas apelmazadas con toneladas de rímel no se ven largas y gruesas, se ven apelmazadas.
El deseo de tener pestañas más largas y más notorias inspira a muchas mujeres a usar un dispositivo que riza las pestañas, dejándolas dobladas hacia arriba. El problema con los rizadores de pestañas está en que pueden doblarlas en un ángulo demasiado severo, lo cual se ve poco natural y aunque sí logran que las pestañas se noten más, también pueden romperlas y arrancarlas. Si todavía deseas rizar tus pestañas, hazlo antes de aplicarte el rímel, nunca después, ya que de este modo terminarás rompiéndotelas o con las pestañas dobladas de forma extraña. Los mejores rizadores de pestañas son los que tienen una esponja en la punta para protegerlas. Aprieta el rizador suavemente, haciendo una presión uniforme. Mantén esta posición durante unos cuantos segundos y ábrelo lentamente.
No siempre basta con comprar una máscara de pestañas y aplicarla frente al espejo. En función de cómo sean, existen diferentes opciones y trucos para conseguir sacarlas el máximo partido. Toma nota si tienes las pestañas:
Cortas y finas: Te irán bien las máscaras que combinan base alargadora y color. La clave es ser parca al aplicar la base preparadora y extenderla sobre todo en las puntas, dejándola secar bien antes de extender el color.
Cortas y espesas: Lo tuyo son las máscaras alargadoras. Aplica la primera capa sólo en la raíz, déjala secar, y extiende la segunda en toda la longitud de las pestañas.
Largas y finas: Las fórmulas volumizadoras te pueden ir bien sólo si las utilizas aplicando capas muy finas, poco a poco. No descartes las alargadoras, aplicadas primero sólo en la raíz y, la segunda capa, sólo en las puntas.
Largas y espesas: Te irán bien las máscaras con cepillo en forma de peine, que consiguen una buena separación entre las pestañas. También son recomendables las fórmulas rizadoras, que curvan ligeramente el pelo.
Muy rectas: No dudes en recurrir a los rizapestañas, que a pesar de su aspecto de instrumentos de tortura dejan unas pestañas impecables. Además usa fórmulas o bien rizadoras o alargadoras, que no aporten demasiado peso.
Escasas: Existen dos buenas opciones. O bien usar una máscara doble, aplicando primero la base volumizadora, o elegir una fórmula con fibras sintéticas, que rellenan las pestañas y las hacen parecer mucho más espesas.
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